Cuando le reloj de la iglesia santa Gertrudis marco la diez de la mañana del domingo del 10 de febrero de 1957 se dio a la luz, bajo el eco de las campanas de la catedral y a dos cuadras del parque principal de Envigado, la creación de una institución sin ánimo de lucro que hoy hace parte de la historia de este municipio y es una muestra más del espíritu bondadoso, caritativo y sabio de los nativos de esta localidad del Sur del Valle de Aburra.
En la memoria de sus fundadores aún está vivo ese recuerdo de faltar a la sagrada eucaristía por quedarse en la peletería de Gabriel Mesa. Para dar vida espontanea a la Sociedad de Jesús de la Buena Esperanza de Envigado por iniciativa de Julio Arroyave, quien no solo retuvo en el almacén el propietario, sino también a John Jaramillo, Gilberto Piedrahita, Martin Trujillo, Gustavo Díaz, Alberto Álvarez y Martín Botero, todos ellos personas sencillas del pueblo dedicadas al comercio, las artes o las labores de oficina.
Allí también se quedaron los mellizos Jorge Alberto y Julio Darío, hijos de Julio, el promotor de la idea y quien hacia parte de la sociedad que con el mismo nombre funcionaba en Medellín.
El propósito de la nueva Organización no Gubernamental era fomentar el empleo digno en el municipio, mediante el aporte de medios de trabajo a personas de escasos recursos económicos que solo requiriesen de las herramientas o los insumos necesarios para ejercer su arte u oficio como zapateros, ebanistas, albañiles y modistas. Pero la pretensión iba más allá de ofrecer elementos de trabajo a los artesanos, su lucha seria promover y apoyar el desarrollo intelectual de los jóvenes más pobres de la localidad y por ello se pensó también en brindar becas y auxilios educativos para los muchachos.
Julio Arroyave impuso la tradición aprendida en la sociedad de Medellín y la implementó en la nueva e independiente que ahora surgía en Envigado. Esta consistía, en primera instancia, en rezar unidos las oraciones a Jesús de la buena esperanza y el padrenuestro, y contando con esta luz divina conformar luego el consejo superior de la sociedad, conociendo las habilidades y capacidades de cada una de sus integrantes se procedió después a estipular los reglamentos y los estatutos que hoy alcanzan los 43 años de vida.
Ese día de febrero se escribió el acta de fundación cuya copia hoy la tiene enmarcada – con la letra original del entonces secretario – muchos de los socios, quienes los exhiben o la guardan en las salas o en los lugares más importantes de su casas, como un diploma o un título que es orgullo para familia y en este caso para la sociedad misma en Envigado.
La historia acta de fundación fue redactada con la cuidadosa caligrafía del secretario Alberto Álvarez y así quedo consignada en la memoria de la institución:
En la Ciudad de Envigado, departamento de Antioquia, República de Colombia, el día 10 de febrero de 1957, a las 10:00 am, en el almacén de don Gabriel Mesa, situado en la carrera 15 por calle 20 (antigua nomenclatura), se reunieron los señores don Gabriel Mesa, Don Martin Trujillo, Don Gustavo días, don John Jaramillo, don Gilberto Piedrahita, don Alberto Alvares A, Martin Botero, los niños Jorge Alberto y Julio Darío Arroyave y don Julio Arroyave, estos últimos de la ciudad de Medellín. Actuó como secretario ad hoc, Don Julio Arroyave.
Después de rezar las oraciones acostumbradas en la sociedad de Jesús de la buena esperanza, se convino en fundar en esa ciudad la sociedad de Jesús de la buena esperanza, y se procedió a formar el consejo superior que ha de dirigirla. Fueron elegidos en calidad de interinos los siguientes dignatarios: don Gustavo Díaz, presidente; don John Jaramillo como primer vicepresidente, don Gabriel Mesa y como segundo vicepresidente, como tesorero fue nombrado don Gabriel Mesa y como Secretario Alberto Álvarez A.
Luego de las designaciones anteriores se acordó lo siguiente: las reuniones serán semanales en ente mismo local, los días martes a las 8:00 de la noche; para jefe de propaganda fue nombrada el señor don Gilberto Piedrahita, los asistentes prometieron asistir puntualmente a todas las reuniones e invitar a los amigos que se consideren dignos de pertenecer esta sociedad.
El objeto de la fundación es el mismo que tiene la sociedad y que aparece en los estatutos los cuales serán estudiados detenidamente, se procedió luego a hacer una colecta la que sumo $93.40 que quedaron en poder del señor presidente ya que el tesorero había salido un momento antes. Después de rezar las oraciones finales, la presidencia levanto la sesión a las 11:00 de la mañana, no sin antes citar a los miembros para el martes próximo a las 8:00 de la noche. Para constancia se firma el presente por los que en ellos intervinieron:
Presidente: Gustavo Díaz
Primer vicepresidente: John Jaramillo
Segundo vicepresidente: Martin Trujillo
Tesorero: Gabriel Mesa
Secretario: Alberto Álvarez A.
Poner en práctica los preceptos cristianos de la caridad, como una forma de servir al prójimo, fue el gran impulso que permitió a esta gente católica, honesta y dinámica organizarse para ser solidarios con sus hermanos más necesitados de Envigado.
Para iniciar labores adoptaron los reglamentos y estatutos de la sociedad de Jesús de la buna esperanza de Medellín y luego centraron sus esfuerzos en conseguir el dinero, los implementos y la infraestructura física indispensable para iniciar su acción benefactora.
Antonio Pareja, un empleado de Pintuco; conocimiento la misión solidaria que se proponían sus vecinos y amigos, ofreció la sala de su casa para las reuniones. Allí , todos los martes, Ahora más temprano, a las 7:30 de la noche, llegaba cumplida mente los socios y antes de despedirse cada una aportaba lo que podía en sus propios bolsillos en una canastilla que pasaba entre ellos con el fin de recolectar los fondos indispensables para iniciar sus obras sociales. AL finalizar el año 1957 la sociedad ya tenía nueve socios y el esfuerzo personal les permitió el siguiente balance del manejo de sus arcas: Ingresos $3.139.25, egresos $2.680.10 y un saldo para iniciar 1958 que solo alcanzaba los $458.15 más las prestaciones y los sueños no disminuyeron, las metas para el año nuevo eran incrementar el número de socios activos y benefactores, conseguir fonación adecuada para el funcionamiento de la entidad y extender las obras de beneficencia en el municipio contando para ello con la asesoría de la sociedad de Jesús de la buena esperanza de Medellín.
El trabajo social, silencioso y secreto en favor de la familias con más dificultades económicas, en especial aquellas de las zonas rurales y las verdaderas de ENVIGADOS COMO LA MINA, EL ALTO DE MISAEL, el SALADO; Arenales o el barrio la florida; hicieron que el párroco de la iglesia de santa Gertrudis; el presbítero Pablo Villegas, les ofrecieran la Residencia Social en mayo de 1959 convirtiéndose así en el director espiritual de la institución.
Con la perseverancia que caracterizo a los fundadores de esta organización, las reuniones continuaron durante seis años realizándose todos los martes en la noche en el pequeño salón parroquial, los benefactores se fueron venciendo hasta que a fuerza de donaciones, bingos y rifas, lograron el 22 de enero de 1961 los fondos suficientes para comprar un lote en el barrio mesa por valor de $8.500.00.
El 13 de febrero de 1961, a las 7:30 de la noche, se oficializo en la asamblea General el nacimiento de la sociedad de Jesús de la buena esperanza de Envigado, sin estar ya bajo la sombra del capítulo de Medellín. El acto se realiza en la Residencia parroquial de la iglesia Santa Gertrudis donde se efectuó el nombramiento de la junta directiva y aprobaron los reglamentos y estatutos de esta organización no gubernamental sin ánimo de lucro.
Con base en el acta de esta reunión, la Gobernación de Antioquia le concedió la personería Jurídica No. 012, el 10m de marzo de 1961, reconociéndola como una institución católica cuyo objetivo es el ejercicio del a caridad cristiana en todos los ámbitos, pero dando énfasis el aporte de medios de trabajo y educación para llevar al más s necesitado un mensaje real de esperanza y consuelo.
Tener sede propia para la sociedad de Jesús de la buena esperanza en Envigado significaba tener solidez y firmeza para continuar adelante en su acción cristiana y en pro de este sueño se encaminaron muchas de las acciones futuras de la entidad.
La sociedad par de Medellín le dio a la organización el impulso inicial para conseguir diez máquinas de coser Singer y poder comenzar a si a dictar clases de costura para capacitar a la madres de los extractos socioeconómicos más bajos del municipio den un oficio que les permite conseguir con honestidad y dignamente el sustento para alimentar y criar a sus hijos.
La organización ayudo a carpinteros, albañiles y ebanistas a obtener las herramientas, los implementos o insumos necesarios para adelantar su labor o montar su propia pequeña empresa, pero la asignación de estos recursos fue una acción meticulosa para evitar que los aportes de los más necesitados cayeran en manos de personas inescrupulosas.
Se optó por un mecanismo cuidadoso. La petición de cada ayuda debía hacerse por escrito y entregarse para su estudio al consejo local de socios. Este la estudia en su reunión de los martes y designa una comisión para que verifique la solicitud, haga una visita domiciliaria al demandante y presente un informe de lo observado en la reunión siguiente. Ese día los socios reciben el informe de los verificadores, evalúan los datos y deciden de inmediato si otorgan o no el beneficio.
Así en el término de ocho días estaba resuelta la situación para el requirente, pareo se hacían verificaciones periodísticas con el fin de observar que el bien o la ayuda fueran debidamente empleada. Si por ejemplo, la máquina de coser estaba siendo bien aprovechada por el ama de casa, después de cinco años de uso se le dejaba en propiedad,
En 1966 culmino la presidencia de Gustavo Díaz Arcila, el socio fundador que logro demostrar la eficiencia de la solidaridad cristiana y quien sembró las semillas de una institución que con bases jurídicas y legales aun da y multiplica los frutos sociales de la cariad cristiana entre la población más necesitada de Envigado. En 1977 fue El cargo fue asumido entre 1966 y 1977 por John Jaramillo Mesa, quien es e l único socio activo y fundador que a la fecha sigue vinculado a la sociedad, Su entregada labor en pro de los más desfavorecidos han sido objeto de reconocimiento público por parte de los integrantes y benefactores de la entidad.
Durante la administración de Jaramillo Mesa se celebraron los 20 años de la función de la institución. Se siguió con el programa de becas para estudiantes de bachillerato y se compró la casa de la junta pro-hospital Manuel Uribe Ángel.
Esta se dividió dejando un salón para reuniones y sede de la sociedad y otro para alquilar (quedo en manos de un sastre que pagaba $ 50 pesos de arriendo), logrando así un recurso financiero fijo para las obras de beneficencia.
En 1977 distinguido con el cargo de presidente Manuel Arango Echeverry, quien logro gestionar y obtener el primer auxilio de la Asamblea Departamental y que el Sena se vinculara a la organización capacitando a los jóvenes de Envigado en mecánica, servicios estéticos, repujado bobinado de motores, entre otro cursos, que fueron dictados sin cobrar un solo peso a los estudiantes. Durante su mandato el número de socios se incrementó conformándose dos consejos locales, 15 de agosto de 1989 cuando el salón 201 de la entidad fue en gratitud bautizado con su nombre.
En 1979 John Jaramillo Mesa recibió de nuevo el honor de ser el presidente de la sociedad de Jesús de la buena Esperanza de Envigado , manteniendo los programas de capacitación adelantados, fomentando las ayudas a los más necesitados y otorgando auxilios a las familias del campo.
El manejo correcto y transparente de los fondos obtenidos, hizo que doña Elvira Restrepo le dejara en su testamento tres millones de pesos a la institución y que el arquitecto Pedro Nel Escobar le donara a las sociedades San Vicente de Paúl y Jesús de la Buena Esperanza un lote con local para que compartieran las rentas y las aplicaran en sus respectivas acciones benéficas.
Jaramillo Mesa fue de nuevo Objeto de un Emocionado reconocimiento por su labor apostólica en homenaje que también se extendió al devoto y fiel colaborador en los programas de la entidad, Ignacio Arango, quien además coordinaba las ayudas brindadas por los comerciantes de las plazas de mercado de Envigado para la Sociedad Jesús de la Buena Esperanza.
En 1981 asumió la presencia de la organización Arturo Sánchez Chavarriaga, quien impulso el programa Enlace de Empleo para buscar oportunidades de trabajo a los más necesitados. Algunos voluntarios confeccionaron ropa y cobijas para ayudar a las comunidades rurales de menores recursos económicos. Se hicieron bingos y rifas para obtener fondos y se logró el apoyo de psicólogos, abogados, sociólogos y sacerdotes para que dictaran charlas de orientación a los padres de familia.
A Sánchez Chavarriaga le correspondió inaugurar la sede del salón oficina y en el acto se le entrego con solemnidad las llaves de la institución a su fundador Gustavo Díaz Arcila, en testimonio de imperecedera gratitud.
Gustavo Díaz por esta década de los 80´s dono un antiguo caserón con un inmenso solar a la sociedad. La casa fue adecuada para dictar clases de capacitación mientras en el patio se construirá un salón. Cuando la obra se concluyó, la casa se alquiló para vivienda y con estos ingresos se hizo el segundo piso sobre el nuevo salón. Al terminarse esta edificación se alquiló el primer piso al Colegio la Salle que entonces colindaba con la casa y el segundo piso se dejó como sede de la institución. Así de obtuvieron dos rentas nuevas para construir un tercer piso, alquilar los otros locales y seguir reuniendo fondos para edificar la moderna sede anhelada.
Para 1985 la sociedad logro reunir el dinero suficiente par a poder comenzar, en mayo 9 de 1986, la demolición total del caserón con todo y reformas, para dar paso así a la construcción de un amplio edificio de cuatro pisos que hoy puede vislumbrarse con claridad sobre la calle 38 a sur No. 39-62 del barrio mesa de Envigado.
En 1987 cuando estuvo listo el primer piso, se dejó un local para la oficina de la sede donde comenzaría a dictarse clases en inglés, fotografía y panadería, y se alquilaron los otros tres: dos locales para comercio y uno para alcohólicos Anónimos y la Asociación de Limitados Físicos y mentales de Envigado. Con la renta de los puestos comerciales se fueron levantando los tres pisos restantes que serían terminados por concepto en octubre 32 de 1989, tras una inversión superior a los $ 18 millones.
Ese año de 1987 el presidente Arturo Sánchez Chavarriaga entrego el cargo de Medardo Piedrahita toro quien estuvo en el mismo hasta 1991. Piedrahita se encargó de continuar la edificación y hacer entable la propiedad y los fondos de la institución con el fin de ampliar la cobertura y obtener mayores recursos para la acción católica de la entidad. Logro incrementar el número de socios activos que pasaron de 15 a 28 y lucho por hacer menos discreto y silencioso el permanente trabajo de la organización, fomentando sus servicios entre la comunidad a la cual incentivo para participar en la institución mediante las asambleas familiares, la celebración de fiestas del amor y la amistad y el día de los niños.
Medardo Piedrahita organizo el archivo de la institución, hizo un inventario de los bienes que poseía, creo nuevos empleos de aseadores y celadores, puso a funcionar una venta de chance y otra de empanadas e impulso los juegos de bingo para recolectar fondos. Además afilio a la sociedad a Comfama a inicio los aportes al Sena y el ICBF.
Como en la década de los 80´s aun eran legales los auxilios se recibieron aportes de la nación, el departamento y el municipio de Envigado y donaciones de empresas como Éxito, Peldar, Pavezgo S.A, Empresas Públicas de Medellín
En 1988 los apoyos recibidos permitieron otorgar 100 becas en colegios públicos y privados y sociólogas dictaron conferencias a los estudiantes beneficiados. Se ofrecieron clases gratuitas de contabilidad y se comenzaron a difundir las actividades sociales de la organización mediante el periódico la opinión. Se destinaron cuatro días al año a las fiestas patronales, mediante eucaristías celebradas en honor y agradecimiento a Jesús de la buena Esperanza. Se adelantaron los programas de aguinaldos para los niños pobres, la donación de mercados a familias necesitadas y el suministro de cuadernos y libros a los becados. Para 1989 la entidad contaba con 18 socios activos.
En 1991 entrega el cargo de presidente Medardo Piedrahita Toro a Darío Jaramillo molina, hijo del socio fundador John Jaramillo Mesa, quien sigue al mando de los destino de la entidad hasta la fecha. A diario Jaramillo le correspondió diligenciar en su momento la venta del lote que w fue donado a la institución en unión con la sociedad san Vicente de Paul y repartir entre las dos entidades los $30 millones recaudados por tal concepto. Con estos recursos se terminó la edificación del tercer piso de la sede actual y se construyó el cuarto piso. Gestión la donación de un lote de 500 metro cuadrados en Zúñiga que servirá par a construir doce viviendas de interés social. Las residencias tendrán dos habitaciones, sala, comedor, cocina y baño. El objetivo, aún no definido completamente por los socios, será alquilarlas a familias de bajos extractos socioeconómicos a precios muy módicos durante cinco años. La sociedad destinara un porcentaje de esos dineros para el mantenimiento de la unidad y otro porcentaje será guardado para devolverlo a los inquilinos al terminarse el contrato. La pretensión es brindarles una parte de la cuota inicial para que compren su propia casa.
Durante la administración de Jaramillo Molina, desde 1998, se hicieron los contactos con los médicos Gonzalo y diego mesa para brindar atención gratuita en salud a los más pobres y se está dando ayuda económica para cancelar parte de las cirugías urgentes. Con la óptica aptos se logró la colaboración para hacer los exámenes visuales y suministrar anteojos a quienes ni tenían recursos para adquirirlos y se ha conseguido aportes alimentarios par a suministrar a las familias que han sufrido con mayor rigor real impacto de la actual recesión económica.
También se gestionó con éxito que el municipio alquilara el segundo, tercer y cuarto piso de la sede para iniciar allí el funcionamiento de la universidad de envigado y luego del liceo comercial, que a la fecha continúa en el edificio. Ahora, con la acción social de la parroquia Santa Gertrudis se ha logrado unir esfuerzos para ampliar la cobertura de la solidaridad cristiana entre las comunidades más desfavorecidas.
Darío Jaramillo Molina es claro en manifestar que la visión de futuro de la Sociedad de Jesús de la Buena esperanza es lograr contar con los recursos económicos suficientes para poder crear en la sede actual de la institución un gran centro de capacitación técnica y tecnológica. El objetivo es que esta brinde una formación integral a los jóvenes más necesitados del municipio en las profesiones que requiere actualmente el mercado o la industria en este nivel, con base en las demanda
De la globalización de la economía. El fin será garantizarles a los estudiantes en el futuro en empleo más estable y seguro o, inclusive, hacer que ellos se conviertan en empresarios competitivos que a su vez generen empleos dignos y mejor pagos para otra gente de su misma condición social.
La necesidad de esta educación especializada la ha presentado en sus 43 años de vida la entidad. Antes se solicitaba ayuda para obtener los medios de trabajo para una carpintería o una zapatería. Ahora, a partir de la década de los 90´, las peticiones so por recursos para montar microempresas familiares de peluches, preparación y venta de alimentos, aportes para surtir puestos de ventas ambulantes autorizadas por la Alcaldía o pequeños capitales para iniciarse en la venta de lotería.
Este sueño, afirma el actual presidente, tendrán que esperar no solo por la recesión económica que azota el país sino porque en la actualidad los ingresos de la sociedad para realizar sus acciones cristianas benefactoras depende en gran medida del ingreso por arriendos, luego sigue las donaciones y las colectas, y final mente los aportes de los 16 socios activos actuales, de los benefactores y de los hoy socios honorarios.
Por esto el llamado permanente de Jesús de la buena esperanza de Envigado a la iglesia viva que conforman cada una de sus fieles comprometidos realmente con el mensaje de Cristo “Dad y se os dará” es de apoyar efectivamente esta labor católica con el propósito de calmar el hambre inicialmente de los hombres, pero siempre enseñándolos a pescar.